“Un vuelo en Dios, un contrapeso en el que rítmicamente me realizo”
(Rainer María Rilke)
I
América denomina el espacio.
Vocea maravillas y penas
y la mente de Sor asume la belleza
Su corazón la bebe
como vino de consagración.
De la escarcha del tiempo,
en la punta de la pirámide,
donde está el dios del aire
que enseñó a trabajar los metales,
de escuincles corredores
y tunas mezclados entre hierbas
de la eternidad,
Sor Juana siente
la certidumbre táctil del Señor.
Camino del aprendizaje,
meditación,
recogimiento,
fervor y flama
en busca de la suma
de lo humano juntado
con la divinidad.,
es mudanza
y unión.
.....
II
Enciende tu fe
como la espalda de la noche
y rescolda las diligencias
en el sosiego
donde Sor Juana
se enecuntra con Dios.
El prodigio de amor llega
y es deslumbramiento,
olvido de sí mismo.
Nada se resiste al fuego eterno
porque hay un deseo de volar
en demanda de "aquello"
que el alma "pretendía".
Es llama de la revelación:
luz, pan, provisión
finitud e infinitud,
hambre
que provoca el convite de Dios.
Apetitos y bienes de la ofrenda.
Sor Juana entiende.
El ardor guarda un misterio:
Dios y belleza,
energía del espíritu,
y símbolo regenerador
que purifica,
así lo requiere
la poesía del Padre.
El fuego
depura la realidad
de los sentidos ciegos,
iluminándolos.
Mientras las llamas y el aire
clarifican lo vasto,
se eleva el espíritu
de una mujer alerta
habitante de una sociedad
que la vigila.
.....
V
De tanto preguntar al infinito
decidió pedir prestada
la curiosidad.
Imágenes del sueño
sujetas al convento,
a la prisión de las “hablillas”,
a sus lecturas.
Allí nace, vuela
y vuelve a nacer.
La imagen y lo onírico:
viaje espiritual
donde inicia
la llama filosófica,
la candela del fervor;
llaga y palabra más allá de la mente,
cercanía al cosmos y la sabiduría,
mano Divina.
Bien decía San Juan,
el de la Cruz,
para acercarse a Dios
sólo desnudo
de “quereres y no quereres”.
Indigente de todo,
sin antojo de nada,
buscando la vía estrecha
con la humildad
de quien se esconde
en su propia nada,
Sor se entrega al Señor.
En Primero Sueño
el alma humana
y Sor Juana se abrazan;
alegría y confesión
palpitación y matices,
más allá;
hambre de conocer.
En una noche su imaginativa
teje sueños
como patria interior,
voluntad de ascender
hacia los astros
sin que los turbe
alguna sombra
o silencio.
Sor Juana Inés confronta al universo;
la poesía es la imagen
de todo;
en su interior: la naturaleza
y el lugar de Dios.
Su espíritu es espejo
del alma universal
volcado
en representación.
.....
IX
Corta el hilo que no hiló el amor,
el hierro que laceró a Jesús.
La monja confiesa
que amó en otro tiempo
un querer bastardo.
Escarceos con eros
en años mozos:
juegos y herida.
Pregunto a Sor: ¿Cuándo te enamoró Dios?
No lo imagino.
Tras las rejas de la celda,
la feminidad de Sor se le revela
como imagen de su vida:
apetencias de saber,
relación amorosa con Dios.
Intenta, un pensamiento libre,
y el verso la sostiene,
es su esencia;
el respeto a la mujer,
el respeto al indio,
el respeto al meztizo,
da su primer
paso.
Amén, dijeron
los favorecidos.
.....
XI
Se llama fuego de amor
pero el viento corre y sofoca.
¿En dónde estuviste que te oprimías?
¿qué se excedió?
¿Qué hiciste mientras Dios te esperaba?
Después del vacío dijiste: “sin mi voy”
y llegaste a su Casa descalza.
.....
XXI
Sobre el sueño nocturno se montó “la imaginativa” en movimiento y alcanzaron sosiego las cosas del día.
Entre los aleteos del alma y la psique nace un silencio. Ahora que oras, Él responde a tu llamada y el alma se presenta como una paloma ¿cómo procurarle duermevela libre y sin gemido?
.....
XXXI
Clara luz del universo, el ojo que todo lo mira, nada discierne.
Fracasa la razón humana traducida en sueños frente al absoluto.
Han pretendido esconder entre sus hábitos y los prejuicios su deseo y conciencia de la libertad. Ella, la resistencia y el criterio.
.....
XLIII
En medio de la noche la Virgen Pura, “¡Qué más quisiera el jazmín!”
.....
LIII
Sangra, porque sabiendo su agudeza, las espinas de la envidia se levantaron contra ella.
.....
LIV
Encenizarse quiere. La pirotecnia del halago, la atiza.
Llaman humildad el deseo de servir a Dios y a los hombres sin charco de arrogancia.
.....
LX
Sor Juana celebra a los astros en el ojo de la noche ¿A dónde irá la luz de las estrellas? La poesía responde.
......
Sor Juana Inés de la Cruz
En una noche su imaginativa
hilvana un sueño con otro
como “la más íntima de las patrias”
por una voluntad de ascender
y de admirar los astros
sin que los turbe
la “pavorosa sombra fugitiva”,
“el obscuro silencio”.
Sor Juana Inés confronta el universo
porque la poesía es la imagen de todo;
en su interior: la naturaleza
y el lugar de Dios.
su espíritu es el espejo
del alma universal
volcado en una imagen. Inédito.
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