EL POZO DE LOS POETAS
El pozo es un Dios que se derrama
sobre las astromelias, los maizales, la sed y la piel desasistida.
Ante el agua que brota, todos dicen amén
y se contentan el ají dulce, la sal, la golondrina
y también el fuego en la cocina y los vientos del mar.
El pozo suspira al encuentro de la luz,
que se amanceba con el respiro vital
Así despierta el jardín o mi corazón.
y un susurro nace en libertad, Es la palabra. La voz
Ella decide la verdad. Hay un silencio
entre el movimiento del alma y la mente,
es una unidad cercana a la belleza
y la tomo de un sorbo
como vino de Consagración.
Ese Dios derramado se vierte en la vida
La vida no es retazo sino lugar y rostro:
Margarita, la Isla; Caracas, Cumaná.
tu cara, la mía, la de nosotros poetas y sedientos.
A orillas de la fuente respiro
como intuición del amor que nos arropa
y nos nombra, nos canta en versos.
Ardor sobre papel.
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VUELA UN SONIDO AZUL.
Un ramillete de petunias
arroja trinos hasta el firmamento;
son azulejos que vuelan con su propia esencia,
mientras el cosmos se llena de colores.
Con ellos, entre horas de fervor,
llegan la voz y los aromas,
y su canto conversa con todos los sentidos
y mi corazón se hace amante de la levedad
y en mis ojos surgen regocijos,
como si me brotaran alas impalpables
que vuelan muy lejos creando sus pinturas.
Mientras tanto, se alzan los ángeles
Y los azulejos picotean los mangos.
¿Quien les dio permiso para robarse el cielo?
Por eso, los árboles, posada y cántaro,
festejan las alas de la divinidad.
Sea quien vea, el pájaro es una energía que se eleva
y despabila la naturaleza.
Habrá un trasnocho en cada chirrido de azulejo
Habrá una flor de estreno en su gaznate
y hojas de “yerba” buena y menta para ti.
El pájaro es una pasión aligerada.
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EN LA LAGUNA DE LA RESTINGA (PARA LA TIERRA EN SU DÍA)
Los buceadores comparten un pescadoentre los mangles.
Ningún competidor del alcatraz se asoma,ni siquiera la Nasa con sus telescopios.
En el asombro, sus ojos prefiguran el pez entre las aguas.
Entonces, el paisaje es un “guanaguanare picoteando”,
y una gaviota que comparte la humedad y verduracon ostras apegadas y cangrejos.
Las garzas y los cormoranes florecen en las ramas,y los flamencos en el verdor
del agua;
sus patas son metáforas de la extensión que chapotean los alardes del sol.
Tijeretas y gaviotas exhiben sus plumajes a la gente que trae los ardores.
La Restinga funge de apeadero del cielo: alardea de gonzalitos en busca de parejas,de cotúas empollando en sus nidos, sin descuidar los lebranches de abajo.
Atravesando el Canal del Abrazo,aparece un pespés convidado a la fiestacon su atuendo amarillo del araguaney y negro por el azabache;
celebraban el Día de la Tierra.
La cotorra margariteña, desde el Rincón del Beso
Se arrima trajeada de etiqueta con pancarta en la mano: “Amar es volar”
y todos los emplumados corearon: “Amar es volar”, “Amar es volar”,
porque los pájaros son una metáfora de la expansión,
una necesidad de libertad. .....
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HOMBRE CON SED
Difícil es caminar bajo el solsin intuir las horas de la salvación.
De tanto andar nos acercamos al pozo“do tiene su manida”el agua.
Alguien nos pidió de beber.
Era un Hombre con sed pero sin cubo para la hondura del agua y nosotros,
gente cibernética y con prisas;algo diferimos entre la compasión y el amor.
El hombre era el Poeta mayor y nos dio agua de vida y escribimos, nos apacentamos,observando el mundo desde la aspiración de la gaviota.
Y la cima se hizo amiga de la mar.
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TAN FLOR
La fascinación aspira a la perennidad
pero tropieza con lo efímero.
A las nueve, el cáliz eleva la pureza
y los pétalos presumen de su desmesura,
así despabilan los aromas.
Tomada de albores, la corola delira.
Es, además una fulgente huída
un estarse temblando en los estambres,
una luciérnaga mayor en lo oscuro,
un abandono sobre la mañana.
Sólo un sorbo noctámbulo
mientras nos amamos
y una niebla que aclara al mencionar su nombre
Jamás conoceré otro blanco
ni otra fugacidad,
tan flor.
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